El ser humano necesita prolongar la vida útil de los alimentos y sus nutrientes. Los almacenamientos en frío son de enorme ayuda para conservar varios de los productos que consumimos a diario, como son los productos lácteos y la carne procesada, entre muchos otros.
Paralelamente, el almacenamiento en frío ayuda a impulsar las exportaciones de productos agrícolas y afines, productos marinos, etc. La congelación es una forma rápida, conveniente y popular de conservar frutas y verduras, sin embargo, no suele ser tan económica como el enlatado, pero tiene la ventaja que conserva más nutrientes en los alimentos si se hace correctamente.
Las instalaciones de almacenamiento en frío, tales como los de atmósfera controlada, atmósfera modificada, unidades de preenfriamiento y otros, sin duda atraerán nuevas inversiones, y a su vez es una muy buena medida para el sector agrícola que lucha contra el problema del desperdicio de alimentos.