La gestión de calidad es importante para ser competitivo en un mercado. Esta gestión comprende de un sistema que sea estable en el tiempo y donde pasan a ser parte fundamental el o los medios por los cuales se obtiene un fin determinado, que vendría siendo la entrega al cliente de un producto o servicio.
Es de suma importancia en la gestión de calidad de una empresa, conocer cuáles son los costos que esta genera y, a su vez, hacer una evaluación en el proceso productivo para identificar si existen problemas de costos adicionales y el por qué se están generando. La solución no radica en reducir dicha producción, sino que de una mejora en la eficiencia y en la administración en su conjunto.
Los estándares de calidad de los productos que llegan al consumidor deben ser altos, para ello, cada etapa por la que pasan debe manejarse bajo un control total y es aquí donde la empresa tiene que aportar relevancia a permanecer en una búsqueda constante del mejoramiento continuo, orientado a la excelencia y dispuestos por lo tanto a la innovación.
Es así, como para satisfacer las necesidades y expectativas de los clientes, podemos afirmar que la calidad se planea, se controla, se asegura y se mejora.
En una empresa dedicada al rubro de los alimentos, la gestión de calidad debe tener una dirección integrada, poniendo foco en la salud y seguridad de sus trabajadores, la preservación del medio ambiente, la calidad del producto en todas sus etapas y su seguridad alimentaria (inocuidad).
Existen variados métodos que pueden ocupar las compañías para mejorar la gestión de calidad. Para la industria alimentaria y de congelados, como para las de otra línea, estos métodos se convierten en poderosos instrumento para identificar o evitar equivocaciones en el debido proceso, reducir costos y diferenciarse de la competencia, obteniendo un beneficio mutuo con el destinatario final.