En nuestro planeta existen una serie de energías que pueden ser utilizadas por las personas. Están las provenientes de fuentes tradicionales como los combustibles fósiles, las cuales son reservas finitas que se extraen de puntos específicos y que luego son comercializadas y distribuidas a distintos puntos del mundo. Por otro lado, están las energías que cada vez han ido ganando más terreno, las llamadas energías renovables. Estas últimas, cuentan con la virtud de ser energías limpias e inagotables por lo cual cada vez se hacen más competitivas y necesarias.
Las energías renovables se caracterizan por ser de gran diversidad, por ser abundantes, ser utilizables en muchos lugares y además son imprescindibles contra el cambio climático, pues no contaminan ni producen gases de efecto invernadero.
Ya que la temperatura global ha ido en aumento (actualmente la Tierra tiene un calentamiento superior a 1,1°C en comparación a fines del siglo XIX), se debe poner énfasis en el desarrollo de este tipo de energías verdes respetuosas con el medio ambiente. El 12 de diciembre de 2015, la comunidad internacional celebra un acuerdo histórico en la ciudad de París, donde alrededor de 200 países se comprometen a reducir sustancialmente sus emisiones contaminantes con el fin de mantener la temperatura media del planeta bajo los 2°C (debe limitarse a no más de 1,5°C), de lo contrario se producirían consecuencias muy graves. Chile firma este acuerdo el 20 de Septiembre de 2016 y en el año 2020 reafirma su compromiso a este pacto.
No hay duda entonces, que el desarrollo de la energía limpia es vital para lograr este objetivo común y no poner en riesgo a las futuras generaciones. Algunas de ellas son:
• Energía Eólica.
• Energía Solar (fotovoltaica y térmica).
• Energía Hidráulica o Hidroeléctrica.
• Biomasa y Biogás.
• Energía Geotérmica.
• Energía Mareomotriz.
• Energía Olamotriz o Undimotriz.
• Bioetanol.
• Biodiésel.