El gran aumento de la población, en el último tiempo, sumado a los problemas globales que está enfrentando el mundo que pronostican un escenario cada vez más conflictivo en cuanto a la cantidad de alimentos, se hace absolutamente necesario una optimización de la cadena de frío, garantizando una eficiencia máxima para evitar pérdidas.
Una forma de hacerlo es a través del establecimiento de una cadena de frío consistente y eficiente. El establecimiento de cadenas de frío extensas y confiables juega un papel importante en la reducción de las pérdidas posteriores a la cosecha en todo el mundo. Pero la refrigeración también tiene sus inconvenientes, a través de un impacto directo sobre el calentamiento global a través de la emisión de refrigerantes y un impacto indirecto a través del consumo de energía.
Es vital, en estos nuevos tiempos, en que todos ya somos conscientes del calentamiento global y sus consecuencias para la humanidad, poder reducir el impacto sobre el medio ambiente, mejorando la eficiencia energética de los sistemas de refrigeración, adoptando el uso de refrigerantes ecológicos, como los refrigerantes naturales, que tienen un impacto climático nulo o muy bajo. Estos son alternativas a los refrigerantes sintéticos como los que son a base de clorofluorocarbono, hidroclorocarbono e hidroclorofluorocarbono.
Esto minimiza los daños ambientales negativos al tiempo que garantiza que la producción de alimentos funcione de manera eficiente con pérdidas mínimas de alimentos.